Lo que iba a ser un entrenamiento con un portero, en este caso con Nacho del primer equipo, de momento se sumaron los porteros del juvenil, Sergi y Emilio a petición de su mister. Como muchas veces puede pasar, tienes algo planificado y luego algo se modifica cambiando el rumbo principal previsto en un primer momento. El entrenador de porteros debe estar preparado para este tipo de situaciones, puesto que todo no sale como lo planificado en el papel, por tanto, entra en juego la improvisación, una improvisación que debe estar basada en el objetivo principal que teníamos marcado.
Si hasta el momento no había sido suficiente los cambios que había realizado para la sesión, el fútbol me volvió a poner a prueba, esta vez iba ser añadir nuevamente un portero a la tarea, en este caso Emeka, portero del primer equipo. Por eso en el siguiente vídeo que os presento, veréis que en la primera parte no aparece y en la segunda parte si. Resumiendo, lo que llamé un 1+2+1.
La sesión está enfocada al trabajo de velocidad, en primer lugar con un poco de velocidad de desplazamientos frontales y dorsales con blocaje y obstáculo, y la segunda parte a velocidad gestual y de reacción con balones de menor tamaño y balones de partido, donde intento involucrar a todos los porteros participantes, ya que mis tiempos los viernes suelen ser reducidos, entre los 20 y 25 minutos, por tanto, en mi contexto es más preciso tener activos a los porteros durante este tiempo de entrenamiento, ya que al ser el último día de la semana y anterior al partido, la carga física disminuye y aumenta la capacidad de atención y reacción.
Con este pequeño artículo pongo fin a una nueva entrada, haciendo lo que siempre hago, transmitiéndoos un caluroso saludo y recordándoos que siempre… #porterosefectivos
Carlos Gómez. Entrenador de Porteros.
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