Llevo mucho tiempo trabajando con porteros, y como la mayoría de entrenadores saben….no todos los niños aprenden igual de rápido y no todos cogen los conceptos al mismo ritmo.
Pues esto mismo ocurre con el entrenamiento de porteros, hay que tener en cuenta que el entrenamiento sobre todo en la base no es una carrera de 100 metros… digamos que es más una maratón; es un camino largo, donde los conceptos que se aprenden en un principio, si no las llevas a cabo durante tus entrenamientos con tu equipo y en los partidos, nunca serán gestos técnicos que llevaremos a cabo durante la competición.
Muchos niños no los hacen por miedo a fallar, por inseguridad… multitud de factores.
Pero cuando ese/a niñ@ se va dando cuenta que esos conceptos o vamos a llamarlo gestos técnicos son funcionales en la competición… empiezan a aflorar en el/ella una seguridad y confianza que no tenían antes. Es ahí cuando se comienza a dar un portero bueno técnicamente, con una buena lectura de partidos y situaciones que cada vez sabe solventar con mayor acierto.
A lo que me refiero con esto, es que cuando hay padres que por ejemplo vienen a nuestras
Si habrá cosas que rápidamente las capte, otras que posiblemente no entienda el porque se entrenan, pero que debemos explicarle para que se practican y que sepan en que situaciones de la competición podemos encontrarlas y cual sería la mejor opción para solventarlas.
A lo que iba… cuando los padres llevamos a nuestros/as hij@s a una escuela de porteros pensamos que si el niño en 2 meses no es como De Gea o Ter Stegen…el entrenador no sabe que es lo que necesita su hij@, y se van corriendo a otro lado y así sucesivamente, hasta que ya se dan cuenta de que en ningún sitio su hij@ progresa como lo esperado por ellos y otros compañer@s avanzan, de tal manera que acaban llamando la atención tanto de compañeros como de rivales y público, les hace pensar en si han tomado la mejor decisión o se equivocan al estar dando tumbos de un lado para otro con su hij@ buscando esa panacea deportiva.