En la “jornada 40” se acabó la temporada 18/19, y aunque no es como nos hubiera gustado ni de la forma deseada, a este deporte que tanto nos hace padecer y que suele dar más penas que alegrías, solo me queda darle las gracias por haberme permitido estar dos semanas más trabajando junto a esta plantilla.
Una vez leía una entrevista que le realizaban a Jürgen Klopp semanas después de perder la final de la Champions en Kiev, el entrenador decía que no se podía ver como un fracaso el no ganarla, valorando todo el proceso que había causado llegar hasta el momento de esa final. Hoy, después de la eliminación de ayer de los playoff de ascenso a 2ªB me encuentro en esa fase de valoración, puesto que han sido tantos los momentos que he compartido y he vivido hasta llegar a esa jornada 40, que no puedo sentir decepción, al contrario, orgullo de haber peleado por este escudo durante estos casi 11 meses con un grupo de jugadores de una calidad humana insuperable.
Dentro de este proceso, quedan los momentos que hemos compartido juntos, resaltando
el mejor valor que posee este club, su afición, la comunión de los jugadores con ellos se hace emocionante solo recordar alguno de los momentos que nos han brindado. Ayer mismo, justo después del pitido final, ver como casi 200 gargantas seguían cantando, combinando lágrimas, cansancio por los 400km realizados acompañados de un madrugón por ver a su Atlético Saguntino jugar… es de emoción imposible de explicar, solo entendible, cuando compaginas el sentir de nuestros aplausos y disculpas a la vibración de la voz y llanto de sus gargantas.
Proceso que en mi caso se ha alargado hasta la tercera temporada, porque de este club he valorado lo ocurrido desde el minuto uno que pisé sus instalaciones. Sabedor que el aprendizaje es continuo y que nunca dejará de serlo, junto a mi predisposición a cogerle de la mano hasta donde me quiera llevar. En este transcurso he aprendido a ser mejor entrenador de porteros, a exigirme día a día, porque tanto dicho aprendizaje como Lluna y Carles así me lo han hecho ver.
En este párrafo, me gustaría añadir una frase de Jon Pascua, “la opinión que más me importa es la de mi propia conciencia, y que la virtud más grande que uno puede tener es la de ser uno mismo”. Y es así como me siento, tranquilo de saber que todo lo que ha estado en mis manos, ha sido entregado y compartido al cien por cien para lo que yo creía que era mejor en cada momento para este gran equipo.
Desde el final del proceso de la 18/19 y desde la “casi jornada 41” me despido de una temporada más futbolísticamente hablando, con ganas de “desconectar” y estar más tiempo con los míos, familia y amigos que como yo sufren esta profesión conmigo, para así afrontar lo que nos depare el futuro con mucha ilusión, esperanzados de que algo bueno se viene.
Sin más, muchas gracias a todos los que formáis la familia Romana y Forza Atleti de un entrenador de porteros que siempre será romano!
